Envuelto por serranías de todos los colores y bendecido por el río Calchaquí, Cachi es un bálsamo para el espíritu... | ||||
Envuelto por serranías de todos los colores y bendecido por el río Calchaquí, Cachi es un bálsamo para el espíritu. Situado a 157 kilómetros de Salta capital y a 165 de Cafayate, los dos lugares más visitados de los Valles Calchaquíes. En sus entrañas conserva la identidad de un pueblo apacible donde todos se conocen y protege a más de cien sitios arqueológicos. Aquí, la magia de las noches emerge cuando el silencio se escucha.
A 2.280 metros sobre el nivel del mar recibe a sus visitantes con una esencia particular que lo distingue como un pueblo calchaquí detenido en el tiempo. Con su cumbre siempre blanca, el Nevado de Cachi o "Blanco Peñón de la Soledad" (cuenta con nueve cumbres y la más alta alcanza los 6720 metros) es uno de sus tesoros que le otorga un marco especial al poblado que congrega a unos seis mil habitantes en todo el departamento.
El origen del pueblo se remonta a 1673. La plaza cercada por una pirca de piedra emula a los centros de reuniones de los ancestrales habitantes de la zona (los indios chicoanas). A un costado se encuentra la iglesia de Cachi, declarada en 1945 monumento histórico nacional. Con su estilo neogótico mantiene también una particularidad de los valles: su techo, el altar, el confesionario y los marcos de los cuadros son de cardón, una madera típica de la zona.
En la otra esquina está el Museo Arqueológico "Pío Pablo Díaz" donde se conservan una 5.000 piezas que relatan más de diez mil años de historia, desde el 800 antes de Cristo hasta el 1.600 después de Cristo. Cachi significa en lengua kakana (la lengua más antigua) "sal". Los aborígenes habían confundido la plateada cumbre del nevado de Cachi con una salina.
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